Acompañando escuelas en transformación

“Ayúdame a hacerlo por mi mismo”, es una frase que usamos mucho para los niños, ya que ellos quieren ganar su propia autonomía.

Pero los proyectos, las escuelas en transformación, también quieren pasito a pasito ganar su propia autonomía; vivir este proceso y aprender de ello, superar un reto a cada paso, y así crear espacios con una mirada respetuosa a la infancia.

Ahora que termina el curso escolar, miro para atrás y siento que ésta ha sido mi humilde misión : acompañar a tres escuelas en este proceso de transformación.

Durante el curso 2016-2017, el proyecto fue montar y poner en marcha la ludoteca Montessori. Para que esto fuera posible, primero las educadoras vinieron a una formación y después les acompañé durante todo el curso escolar, especialmente al principio.

El acompañamiento a este proyecto fue a todos los niveles; al principio en la ludoteca presentando el espacio y los materiales, y poco a poco fui alejándome para resolver cualquier pregunta que surgiese, por medio de reuniones. Con unas 120 h de acompañamiento, este curso escolar las educadoras eran autónomas para estar en un espacio así con los niños, y de una manera preciosa.

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Al ser ellas autónomas, este curso he tenido disponibilidad de apoyar y acompañar otros proyectos, a cada uno desde su realidad, con sus características y necesidades:

CP GARCIA GALDEANO

Como ya conté en otro post, García Galdeano es una escuela totalmente inspiradora: por un lado tiene un alumnado casi en su totalidad inmigrante, de etnia gitana y necesidades especiales , pero por otro tiene un equipo directivo y humano totalmente implicado.

Después de varios años transformando los ambientes de infantil, este año querían transformar el aula de primero de primaria, y así ir creciendo con los niños y niñas.

Así que la profesora de primero de primaria, vino al curso intensivo de dos semanas en verano ( con el esfuerzo que esto supone) y en septiembre comenzamos a diseñar el aula. Cualquier persona que haya trabajado en una escuela pública sabe el poco tiempo que hay en septiembre antes de que lleguen los niños; y esto es exactamente lo que nos pasó, que tuvimos poco tiempo para diseñarlo, pero sí quedaron varias cosas listas, como las rutinas de la mañana, la vida práctica, el almuerzo, y diseñamos bien los primeros días.

El comienzo fue muy cuidadoso presentando a los niños y niñas el espacio, las normas, los materiales, y sobre todo la autonomía en todo lo que podían hacer, dando prioridad a crear un ambiente tranquilo y relajado.

Poco a poco, dejé de entrar en el aula, ya que se necesitaba tiempo de reunión, para hablar, reflexionar, resolver dudas, etc… y los trabajos fueron varios durante esas reuniones: observaciones y seguimiento de los niños, planificación, normas y límites, repaso de materiales y presentaciones, preparación de ambiente y enriquecimiento de espacio, tutorías, etc.. pero resumiendo apoyar en lo que la maestra necesitaba.

A lo largo del curso se ha visto mucha evolución en el ambiente y materiales que el equipo ha ido enriqueciendo; y al observar a los niños se les ha visto mucho más autónomos que a principio de curso, han cambiado totalmente la relación de grupo y entre ellos, y se les ve activos y contentos.

No todo es perfecto y queda mucho que mejorar, como siempre. Sabemos los retos para el próximo año; crecer con los niños y crear un aula conjunta de primero y segundo de primaria, trabajar la observación y coordinación del adulto, seguir preparando materiales y ambientes…

Pero son los niños los que nos dan las fuerzas para seguir; cuando los ves una mañana activos: unos escribiendo y otros con mates, mientras dos buscan en el ordenador una pregunta que les ha surgido; al pasar por las plantas se acercan a verlas, y varios se ponen a plantar, mientras caminan por el círculo con varios objetos practicando su precisión y coordinación de movimientos, y de repente alguien trae una polilla que se ha encontrado y la observan detenidamente con la lupa.

 

Así que aunque hay dificultades, retos y mucho trabajo… pasito a pasito el proyecto, las maestras y los niños van ganando autonomíay va cogiendo su propio rumbo. ¡Un rumbo que podría inspirar a cualquier escuela y maestro!

MENDIGOITI IP
A las maestras y equipo directivo de Mendigoiti las conocí el curso anterior, y en seguida me acerqué a conocer su escuela y toda la transformación que hicieron en infantil.
Esta es una escuela que no para, y a la que se le acercan cada vez más familias por su proyecto educativo. Por eso durante el curso de 70 h del CAP, no tuvieron duda de que estaban interesadas en el curso de “Diseño de espacios y puesta en marcha”.
Ellas lo tenían claro; querían un aula de sensorial y matemáticas Montessori por donde pasarían los niños de infantil y primero y segundo de primaria. El aula ya la habían creado, así que lo primero que hicimos fue revisar que todo estuviese completo y comenzamos a ver en qué forma y con qué frecuencia pasarían los niños y niñas por el espacio.


En infantil lo tenían claro, sería un proceso más, y los niños pasarían en pequeños grupos de uno 6 niños; para poco a poco introducir el espacio y los materiales. Con esta claridad fue facil comenzar pronto con los niños; y todavía recuerdo ese primer día en el que les presentamos a los niños el espacio, cómo colocar un tapete y algunos de los materiales… Parecían atraídos como imanes hacia estos materiales y su actividad era tranquila y de concentración.


A lo largo del curso, les ha gustado tanto este aula, que varios han comenzado a trabajar con tapetes en su aula ya que les da orden y estructura, y otros preguntan sobre cuando irían al ” aula del silencio”.
En general la valoración de todo el equipo ha sido muy positiva, especialmente de la maestra que la lleva, así que hemos aprovechado el resto de sesiones para transmitir lo ocurrido en el aula, profundizar en algunos materiales, y a final de curso diseñar el próximo curso.
El reto es cómo hacer para que los niños puedan estar más tiempo trabajando con estos materiales, teniendo en cuenta las limitaciones de espacio, tiempo, y sobre todo profesorado… pero alguna idea hay… y como dicen ¡ya no hay marcha atrás!

En primaria la dificultad fue encontrar momentos en los que las profesoras pudieran ir al aula con un pequeño grupo de niños ( algo que puede pasar en muchas escuelas). Así que la opción fue llevar al aula de segundo materiales de matemáticas que sabíamos los niños de infantil todavía no iban a usar.

Esto supuso rediseñar la clase, y pensar donde se ubicaría la zona de matemáticas; cambiando rincones y sacando los percheros.

Una vez hecho esto se les contó a los niños sobre este nuevo rincón y su uso. Así para apoyar a las profesoras los primeros días yo misma les presenté el uso del tapete y presenté varios materiales a los niños.

De esta manera hubo un acompañamiento cercano a las maestras donde podíamos resolver dudas sobre uso de materiales, así como de cosas más generales: rutinas, asambleas, tareas, dinámicas de trabajo, tutorías, etc…

Poco a poco lo introducido se ha ido incorporando; y quedan retos ¡Cómo no! para el próximo curso escolar… pero pasito a pasito para adelante.

COLEGIO SAN VIATOR

A principios de curso me llamaron desde el Colegio San Viator de Vitoria-Gasteiz, para que formara al equipo, de infantil y primeros años de primaria y les apoyase a ponerlo en marcha.

Después de una visita a la escuela, y pensar cómo podría ser el formato, decidimos que tendríamos formación una vez al mes sobre vida práctica y sensorial, y yo iría al centro otra vez al mes, para apoyarles con preguntas y la puesta en marcha.

Verdaderamente me emocionó trabajar con un equipo practicamente al completo, sabiendo el potencial que esto tiene.

Durante la formación; llegamos a profundizar en las claves de la vida práctica, de manera que ellas pudieran detectar la vida práctica de su aula y así preparárselo a los niños y niñas; incluso creando su propio álbum¡Un trabajo que me encantó, ya que sentí que habían interirizado la esencia de la vida práctica!

Y cómo no hicimos un recorrido por los sentidos, y la observación; desde lo no estructurado, hasta lo estructurado, por medio de los materiales Montessori.

Pero las prácticas fueron lo que nos hicieron sentir que es un salón Montessori, cual es la filosofía que hay detrás; que es trabajar en tu propio interés, llegar a concentrarnos, disfrutar, sentir el papel del adulto y espacio preparado, etc…

Durante las sesiones en centro, además de observar el día a día; fuimos resolviendo dudas sobre las dificultades en el aula, así como paso a paso, cada cual a su nivel y en su aula, ver cómo poder introducir cambios.

A finales de curso, diseñamos el aula piloto Montessori que comezará con los niños de 5 años, este próximo curso escolar…¡Y ya está muy adelantada!


Resumiendo; estoy acompañando a tres proyectos cada cual a su nivel, según sus intereses y su realidad, a su ritmo… pasito a pasito hacia la tranformación.

¡Es decir acompañando a las escuelas igual que acompañamos a los niños y niñas!¡Porque creo que no se les puede dejar solas, que necesitan ayuda!¡La ayuda que yo en su día no tuve y que disfruto compartiendo!

¡Porque sí me encanta lo que hago, y me encanta ver las transformaciones que hace cada escuela!

¡Pasito a pasito hacia delante!

Si te interesa, escribe a info@aprenderlachispa.com… y te atenderé lo mejor que pueda

 

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