El día a día está lleno de oportunidades de ganar autonomía, superar retos, organizarnos, trabajar en equipo, llegar a acuerdos, calcular, anotar, etc.. por supuesto en cuanto surge alguna desde el interés de los niños , la llevamos para adelante, por complicada que pueda parecer.
Al cambiar de espacio y ver la gran cocina industrial de la que disponemos ahora los niños piden cocinar en una asamblea. Nos reunimos para que cuenten qué es lo que quieren y dicen que quieren cocinar todos el mismo día, para que ese día haya una gran comida. Después de grandes debates sobre cómo organizar los grupos de 3 en 3, se reparten quien va cocinar la parte salada y quien la dulce. Los adultos nos damos cuenta que cuatro grupos cocinando un mismo día es demasiado, por lo que les proponemos que cocinen dos grupos un jueves y otros dos el siguiente, lo cual aceptan, ya que se dan cuenta que es mas realista.
Cada grupo se junta cada cual con su papel y lápiz y lo primero ponen de acuerdo sobre qué quieren cocinar. Para algunos esto es tarea fácil, como para el grupo que decide cocinar empanadillas de atún y tomate, pero para otros es una larga tarea de llegar a acuerdos, como las niñas que debaten un largo rato sobre si cocinar gofres o crepes, defendiendo cada una su postura.
Después deciden cuánto van a cocinar : ” Yo creo que 3 empanadillas para cada uno, si somos 15 ¿Cuántas tendremos que hacer?” y comienza a calcular cada uno a su manera o como pueda, siempre desde una situación real. Reconozco que en este momento me sorprendió un niño que hasta ese momento no había realizado apenas cálculos matemáticos, cómo se puso a hacer dibujo e intentar calcular.
Cada grupo se organiza y quedan que al día siguiente traerán la receta y ser reunirán para seguir con los cálculos. Así, por respeto a sus compañeros hacen un gran esfuerzo por traer la receta o lo que se hayan encargado.
Una vez que tienen la receta, la leen, pero como la receta es para 4 hay que calcular cuántos ingredientes harán falta para 15.
” Hace falta 1 taza y 1/2 para 4 personas ¿ Cuántas serán para 15?” Estas niñas ya conocen las fracciones por lo que cogen material y lo calculan.
Y continúan calculando todos los ingredientes para 15 o 16 personas. Cuando ya tienen todos los ingredientes cada una elige lo que va a traer de manera que entre todas se encargan de traer todo.
Cada uno de los niños en su casa tiene la responsabilidad de buscar lo que necesita y traerlo, y si algún niño no ha venido entre ellos se encargan en avisar.
¡Y llega el día!¡Qué nervios! Primero baja el grupo de las empanadillas a la cocina y ahí empieza toda su tarea de mezclar, extender, rellenar empanadillas, contar, meter al horno, y calcular el tiempo.
Y en cuanto están en el horno baja el grupo de los crepes, que hace su mezcla y comienza a hacer crepes… aunque no es tarea fácil hacer 45 crepes… da tiempo hasta de aprender a darle la vuelta en el aire…
Y en cuanto todo está listo…preparamos la mesa y a comer…mmmm. ¡Qué rico!
Pero sobre todo ¡Qué alegría y satisfacción hacer lo que uno quiere, lo que uno decide! superando paso a paso las dificultades que surjan, siendo más autónomos cada vez, ganando herramientas para hacerlos yo solo.
Tan interesante es todo este proceso para los niños, que después de decidir qué iban a cocinar los niños, me llama una madre ( un abrazote E.) diciéndome que se va a ir a la playa unos días, pero que su hija no quiere ir, porque se ha comprometido a cocinar con el grupo y busca todas las manera posibles, para no ir a la playa, quedarse, ir al cole y cocinar.
Porque cuando los niños deciden, y se hacen responsables de su propia aprendizaje, compartiéndolo con sus compañeros ¡Mola ir al cole!
En próximos posts contaré el siguiente menú: pollo con patatas y bacon, y gofres…. ¡Y como los niños mayores tienen mucha mas autonomía!…. subscríbete si no te lo quieres perder
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