Al entrar al frondoso jardín de el colegio el Sabino, en Tepoztlan, se siente el arte y la creatividad en cualquier rincón; hay dibujos y pinturas de los niños tendidas , esculturas muy originales de hierro, poesía en las paredes, etc.
Esta escuela la creó la actual directora hace 8 años, después de muchos años en la educación; se formó como guía Montessori de Casa de niños, con el sistema Reggio Emilia y trabajó con niñas y niños con capacidades especiales.
Y efectivamente al entrar a observar me doy cuenta que tiene una gran capacidad de relacionar todo lo que hace con el arte.
Cuando entro todos los niños están en círculo y después de presentarnos todos, la guía lee varias poesías. Incluso lee una que solo tiene 10 palabras:
Entra en lo oscuro
el mar:
ola es la noche.
“Porque un poema puede ser bien corto ¿Recuerdan cuando ayer hicieron uno de una palabra?” y muestra los dibujos de una sola palabra.
“¿Qué les sugiere?” Feliz, fiesta
” Ya es un poema: la alegría es una fiesta feliz”
Y de esta manera crean poemas a partir de una palabra ilustrada por ellos mismos. “Los escritores son libres y juegan con las palabras”, y uno de los niños corre a anotar el poema recién inventado. Se ve el brillo en los ojos de los niños; el brillo que dice yo puedo hacerlo, yo puedo escribir, esto me abre un mundo de posibilidades.
Y los niños comienzan a trabajar con distintos materiales, mientras yo veo las paredes tapadas por dibujos de los niños:
Y en un momento de la mañana la guía les pide que traigan unos muñecos que hicieron relacionados con sentimientos. Cada uno los muestra y los presenta: aburrida, solitaria, amable, triste, feliz, tímido, etc.
De aquí surgen reflexiones sobre los diversos sentimientos, incluso sobre las personas sin sentimientos
“¿Y cómo son estas?”
“Vamos a hacer una multitud de sentimientos y colocarlos en palos unos al lado de otros. Y así como en la vida real, hay gente que camina al lado de nosotros, y cada uno tiene su estado emocional, pero no sabemos cuál es y vamos a ser respetuosos con esto.”
Así que los niños comienzan a poner palos a sus figuras de sentimientos, y en ese mimos momento comienzan varias representaciones de teatro improvisadas; colocan a sus títeres a un lado de la mesa y cuentan la historia.
Y cuando todos están listos tienen su multitud de sentimientos:
Continúan con un trabajo de geografía en el que están representando el mapa de pueblo con cartulinas de colores.
Y todo esto mientras se escuchan de fondo los tambores hechos con cubos invertidos, tocados por varios niños a ritmo de batucada.
Así que en una sola mañana, relacionada con todas las demás actividades que los niños hicieron, también pintaron, crearon títeres, escribieron poemas, improvisaron un teatro, tocaron música, etc….
Un espacio donde crear;
donde crearse;
donde crearte: