Hoy hay salida al rancho en la casa de niños Rakara . Esta es una salida que se hace una vez cada dos semanas o cada mes, y así los niños trabajan la tierra, siembran, ven crecer, cosechan, y a final se lo comen, es decir viven los ciclos de la naturaleza.
La salida de hoy es para desgranar el elote(maíz) y triturarlo, y con eso hacer unos ricos chacales, además de para ver los signos de la primavera, que ya se siente.
Hoy también los niños van llegando poco a poco al espacio y después de varios minutos agarran una silla y la ponen en círculo. Cuando ya están todos cantan algunas canciones yson los niños los que recuerdan las normas de la salida: en la troca (un pickup) nos sentamos hacia atrás, lejos de la puerta y sentados todo el viaje; nos cuidamos los unos a los otros ; cada uno es responsable de las cosas que lleva y “Cuando trabajamos trabajamos, cuando comemos comemos, cuando observamos observamos, etc”
Y así las niñas y los niños van saliendo y subiéndose a la troca, ayudando a llevar las cosas que hay que llevar (desayuno, agua, etc)
El camino de unos 20 minutos hasta el rancho es un verdadero placer, vamos cantando muchísimas canciones, riéndonos, disfrutando de cerrar los ojos y sentir cómo se mueve ¿ Y cómo será al levantar las manos?
El rancho está en una finca muy grande con pinos, un terreno para sembrar, dos casas, vacas, cerdos, etc. Al llegar nos sentamos en círculo mientras preparamos todo lo que necesitaremos, cuando empieza a sonar el tambor…
El tambor suena algo así, dando vueltas alrededor del círculo.
Es un sonido que hacer vibrar el corazón y cada célula de nuestro cuerpo, nos penetra hasta dentro, nos hacemos uno con el tambor.
“El tambor tarahumara es un instrumento que acompaña muchas de las actividades de los raramuris, desde ir a sembrar hasta recibir a un recién nacido. Los raramuris en esta época tocan el tambor; siéntanlo en el corazón, esto es para activarlo. Ya trabajamos la tierra, y ahorita es una época de reposo de la tierra. Igualmente esta es una época de mirar el corazón, ver que hicimos mal y limpiarlo. Esta época de reposo es de aquí hasta la semana santa, y el tambor nos ayuda a ello.”
Cuando el tambor para se hacen 3 grupos con los niños; dos de ellos se quedan desgranando el elote con un adulto y el otro grupo va a moler el maíz y tocar el tambor.
¿Pero cómo es eso de desgranar el maíz?nos presentan dos maneras de hacerlo, una con los dedos y otra con el resto de la mazorca. Y eso si hay que tener cuidado porque esta muy afilado y nos podemos cortar.
Así que manos a la obra, nunca mejor dicho; aunque cada uno va probando sus maneras de hacerlo: puede ser con las dos manos, con los dedos uno a uno, o con las mangas del sueter
Y todo este trabajo, nos da para platicar; cada uno cuenta la mejor manera de hacerlo o nos mostramos las heridas cuando nos cortamos. También platicamos, de nuestra familia, animales que tenemos, la edad de los papás, etc.
Y al terminar nos vamos de paseo a buscar señales de la primavera.
Y en seguida encontramos la primera:
Y el camino también es divertido. Decimos: uno, dos y tres y ¡A correr!
Y así encontramos la flor de manzanilla. En este caso es la flor de un arbusto que no tiene nada que ver con la que nos tomamos en las infusiones, y solo la podemos encontrar en esta época.
Y ¡Qué rica está! Así que comemos un montón de flor de manzanilla
Pero el paseo continúa y todavía hay muchas cosas interesantes que observar, por ejemplo pisamos raíces larguísimas que salen de la tierra.
O nos encontramos con un árbol con una corteza bien curiosa; es el madroño piel de cocodrilo.
Caminando, caminando por el bosque nos sentamos en círculo, y la guía pregunta “¿Saben por qué tengo esta botella en la mano?”
Los niños dicen que alguien la tiró y que la recogió porque hace daño a la naturaleza. Y así continúan las preguntas: “¿ Por qué hace daño a la tierra?¿Y qué les hace a los animales?¿Y a las plantas?” y los niños van contestando.
“¿Y qué más podemos hacer para cuidar la tierra que es nuestra casa?”
“¿Y por qué no nos comemos todas las flores de manzanilla?¿A quién se las dejamos?”
” Vamos a conectar con la energía del universo” cada uno pone las manos sobre su corazón y siente. Después de unos minutos así, uno a uno nos levantamos y abrazamos a los árboles; cada uno el árbol que elige y cada uno a su manera.
Y con todo estos sonidos, sabores, texturas e imágenes que nos hemos encontrado por el camino y hemos disfrutado, regresamos, caminando o corriendo, cada uno como quiera.
Ya con hambre para una rica comida, nos sentamos en círculo y una niña reparte el agua, mientras otro reparte los sandwiches. La niña que lo trajo, da las gracias: ” A mi mamá, al sol, la tierra y la luna”
Y después de disfrutar de la compañia mutua y de la comida, ¡A jugar! Y juego es todo; correr, jugar a perseguirse, construir una casita con los materiales que hay por ahí, hacer una fila de piedras, juego simbólico, etc.
Y después de este día en que hemos disfrutado de cada momento, la guía da las gracias: “Al cielo azul que nos cobijó, al suelo que nos dio tierra firme para pisar y a todos nosotros que hicimos un día maravilloso”
Y esta maravillosa salida en la que hemos observado los ciclos, tanto de las estaciones como del maíz, no es una salida aíslada. El maíz que hoy desgranaron es el que ellos mismo sembraron y cosecharon, y después comerán. Así se hacen dos fiestas del maiz al año, en las que viven todo el ciclo; trabajan la tierra, o siembra, lo ven crecer, lo cosechan, lo desgranan, lo muelen, hacen tortillas y se lo comen. Y lo mismo hacen con el trigo que siembran en la casa de niños de Rakara, cocinando pan al final.
Y hace poco ya trabajaron la tierra en forma de mandala, para cuando esté lista poder sembrar hortalizas ( espinacas, zanahorias, papa, calabacín, lechuga, etc), algunas de las cuales sembraron previamente en semillero y pronto transplantarán.
Y así los niños viven los ciclos, sienten las interdependencias de la naturaleza, se dan cuenta del trabajo que supone todo esto. No hay nada que explicar, ellos viven que somos parte de la naturaleza y del universo; la verdadera educación cósmica.
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