Creo que el mito de memorizar las tablas de multiplicar y la preocupación que esto nos crea, se merecen una entrada, o dos o tres o cuatro…
Desde que trabajo con adultos, especialmente con los profesores, siempre, siempre, siempre sale esta pregunta de cómo se aprenden las tablas de multiplicar.
Es dificil hacer entender en que los niños tienen otras relaciones con los números, que experimentan de muchas maneras diferentes, que poco a poco se integran relaciones, y se aprenden (sobre todo comprenden y automatizan) las talbas de multiplicar. ¡Creo que como adultos tendríamos que pasar por este proceso para poder darnos cuenta de esto!
En Montessori hay muchos materiales para trabajar la multiplicación, pero no voy a entrar a presentar todos estos… voy a describir dos situaciones que he vivido:
Visito taller 1 en Madrid Montessori, una de las escuelas que más tiempo en España, y al lado de la silla donde me siento a observar hay una mesa con el ajedrez de multiplicar.
Se sientan un niño y una niña de unos 6 años en la mesa y se dedican a formar números de hasta millones; uno le pone las perlas al otro y el otro lo lee; es un placer ver cómo disfrutan de estar el uno con el otro, cómo disfrutan de lo que están haciendo, cómo dicen los números tanto en inglés como en castellano…. se dedican a hacer esto unos 15 minutos.
En un momento miran la caja de perlas y dice el niño : “¿Cuántas habrá?” se organizan para contarlas; el niño le pasa a la niña una a una las perlas de uno mientras las cuenta y la niña las lleva hasta la otra esquina del tablero.
” Uno, dos, tres, cuatro…… hasta 45″
Cuando terminan todas las del uno, quieren seguir contando; la niña quiere saber cuantas hay de las cadenas del 2, mientras que el niño quiere contar de dos en dos; y es así como continúan”
“47,49,51,53, etc” tanto en inglés como en castellano… y haciendo cálculo mental cuando pueden.
” Ya vamos por 165…. ulalá ya vamos por mucho”
Al terminar continúan con las del 3 y las del 4
Y comentan: “cuando lleguemos a las del 9 va a ser un desastre de difícil”
“Yo me sé la tabla del 5”
En un momento aparece la guía y solo observa.Este no es el uso común de este material, pero espera a que los niños le cuenten lo que hacen e intentar comprender. Los niños emocionados le dicen que van por 293… ella no entiende muy bien lo que hacen…pero ellos le explican lo que están haciendo y continúan.
Es una actividad de iniciativa personal que dura más de una hora y que la dejan para continuar el día siguiente…
Un actividad que solo se puede dar si hay materiales para hacerlo y si los niños tienen el tiempo suficiente para poder desarrollarla, y la libertad de elegirla y hacerla.… y están contando de 2 en 2, de 3 en 3, de 4 en 4… pero no solo las tablas hasta el 10, sino hasta casi el 400… una actividad plena en la que disfrutan y hacen sus propias conexiones.
La otra situación tuve el placer de vivirla ayer con una niña de 5 años. Es una niña que va a la escuela pública, pero viene a las tardes a la ludoteca Montessori. Cogió la cadena larga del 4 y empezó a contar y después le puso las flechas. Tenía sus propias estrategias de contar, y decía “Cuatro y cuatro son ocho” y después seguía contando.
Tanto le gustó que quería hacer las más largas, pero primero decidimos hacer las cadenas cortas y cómo no, eligió la cadena del 100.
Al ver que era tan larga, decidió doblarla y contar de esta manera, así decía 10 y 10 son veinte y seguía contando:
Curiosamente en euskera contamos de veinte en veinte, de manera que esta manera de contar se ajustaba perfectamente a la verbalización en euskera.
Depués cogió la cadena corta del 5 y se dió cuenta que sabía contar de 5 en 5, y que si lo necesitaba podía contar de uno en uno… y además que se puede hacer un cuadrado, de manera que la cadena corta tiene 25 y el cuadrado del 5 también tiene 25.
Hizo lo mismo con la del 7; contó toda la cadena buscándose sus propias estrategias y creo el cuadrado que tiene 49.
Otra vez fue una actividad plena, en la que la niña disfrutaba, se veía su cabeza pensar y buscar sus estrategías y hacía sus propias conexiones... y en cuanto terminaba, se iba a por otra… así durante aproximadamante 40 minutos.
De estos ejemplos hay tantos y tantos… solo hay que tener los materiales, acompañarles y dejarles que hagan sus conexiones, porque los niños disfrutan contando y aprendiendose las tablas también… eso si, no lo hacen de memoria sino en lo concreto.
Es precioso con los niños más mayores que llevan años trabajando así, cuando les preguntas cómo lo han hecho, cómo cada uno tiene sus propios caminos y estrategias… porque cada uno somos diferentes.
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